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El conflicto como fuente de creatividad social
Ma. del Rosío García Rodríguez
“Somos conflictivos, pero ello no quiere decir que seamos violentos.”
Sonia Paris Albert
Las relaciones humanas permanecen en movimiento gracias a un motor interno cuyo movimiento corresponde a la contraposición, confrontación y encuentro de intereses. El conflicto es inherente a la interacción humana y social, es una fuerza que permite construir o destruir las metas y objetivos de las sociedades humanas.
El conflicto es ambivalente: por un lado, nos permite descubrir la diversidad que nos conforma y que, cuando colocados en acción colectiva, iniciamos procesos de negociación de las diferencias. Este proceso puede llevarnos a cambios positivos en nuestros proyectos. Por otro lado, este encuentro de diversidades también nos puede conducir violentamente a la confrontación de intereses por controlar, imponer y dirigir unilateralmente los procesos que en su forma original son colectivos.
CONFLICTO FUNCIONAL
Es la contraposición en la cual las personas deciden partir de las diferencias para generar caminos comunes que pueden redirigirse según las posibilidades del proceso para llegar a las metas colectivas.
CONFLICTO DISFUNCIONAL
Es toda contraposición que genera destrucción de las posibilidades de interacción y convivencia de los miembros del grupo, llevando a la nula satisfacción de las necesidades.
La diferencia entre ambos tipos de conflicto estará guiada por alguna de las dos emociones básicas que se ponen en juego durante las relaciones humanas: la competencia o la cooperación.
Un conflicto no surge de manera espontánea,
siempre hay algo en juego que motiva la interacción que requiere la relación entre dos personas o más para hablar de un tema, conocer un país o comprar una casa. En la cotidianidad, el conflicto violento puede producirse por los más absurdos detalles de comunicación. Pero también en las relaciones intercomunitarias o internacionales.
Todos los grupos humanos requerimos de reglas para comunicarnos y establecer límites entre lo que es propio y es ajeno. La experiencia humana nos ha enseñado que es el deseo de cada ser viviente de extender hasta el infinito su existencia. En tanto vivimos como colectivo en esta necesaria e ineludible convivencia terrestre, es esta misma la que franquea nuestros sueños. Iniciamos continuamente procesos para buscar caminos y negociar con el exterior, con los otros. Estos procesos conflictúan nuestros deseos y por lo tanto evoca emociones que pueden avasallar o convencer, dominar o comprender, hablar o gritar, desordenar para hacer un cambio acorde a nuestros sueños, hacernos colectivo.
Esta comunicación con el exterior varía desde los intereses, gustos, apetencias, urgencias, sueños, requerimientos de cada individuo. Así la intersubjetividad se convierte en una maraña que requiere libertad personal para ser descubierta por el ser mismo y puesta en juego para la necesaria interacción. Por esta libertad se han realizado conflictos, por la expresión con creatividad se libran batallas continuamente. El fin último del ser se ve mermado cuando su libertad se condiciona, cuando se percata de los límites de su propio cuerpo, los límites de los recursos externos, los límites de su propia presencia. Entramos en conflicto con nuestro propio ser y con la primaria relación con el exterior.
¿Qué es un CONFLICTO?
Etimológicamente la palabra se deriva de Flijere significa luchar y el prefijo co- que se refiere a la acción la colaboración, unión. Así su significado derivado del latín es
Luchar en colaboración.
Una lucha o esfuerzo colaborativo es una idea lejana de los miedos impuestos culturalmente respecto al conflicto. Luchar con, esforzarse en colaboración, es una de las características más virtuosas del ser humano. De hecho, es una virtud que ha permitido la subsistencia de nuestra especie. Nos congregamos y actuamos en consecuencia de las metas comunes.
Construir una sociedad convoca a los sueños por satisfacer nuestras más profundas necesidades, sueños y deseos. Requiere de la convivencia colectiva y de la tensión que provoca la riqueza y diversidad de los sueños. Elegir lo común, establece los momentos de creación de una etapa u otra, generará múltiples formas de creatividad que, al fluir en conflicto, permitirá la continuidad o no de nuestra sociedad. Luchar en colaboración pone en juego nuestra creatividad. Deseablemente es poner en juego nuestro coraje, más que nuestra violencia.
París Albert, Sonia. “Naturaleza humana y conflicto: un estudio desde la filosofía para la paz”, en Eikasia: revista de filosofía, Junio del 2013. Universitat Jaume,
Valencia, España. https://www.revistadefilosofia.org/revistadefilosofia_old/50-09.pdf
https://www.revistadefilosofia.org/revistadefilosofia_old/50-09.pdf
https://es.wikipedia.org/wiki/Conflicto
Formación y Capacitación en Desarrollo Humano